martes, 28 de julio de 2015

Tú puedes ayudar a cuidar el medio ambiente.

El cuidado del medio ambiente no debe ser sólo una problemática de estados –aunque todavía existan algunos que ilusoriamente quieran desentenderse del tema-. Cada ciudadano del mundo puede hacer algo para proteger el lugar en el que vive. Por muy pequeñas e insignificantes que parezcan sus acciones, todo suma.

Los “compromisos” van desde acciones tan sencillas como:
No dejar grifos abiertos y hacer un uso responsable del agua; No regar el jardín en exceso, ni lavar el coche con demasiado frecuencia; cambiar las bombitas de sus casa por unas de bajo consumo y hacer las compras con carrito en lugar de utilizar las bolsas de plástico que ofrecen los locales, hasta otras que implican tomarse un poco más de tiempo como escribir a grandes empresas para que se comprometan a no utilizar materias primas modificadas genéticamente en sus productos; asociarse a una cooperativa de productos ecológicos y comprar con regularidad; evitar los productos envasados, reemplazándolos por otros reciclados.
Foto: Imagui.com
Cambiar las lámparas comunes por las de bajo consumo (si cada casa de los Estados Unidos cambiara sólo una lámpara, equivaldría a sacar de circulación a un millón de automóviles).
Apagar la PC por la noche o cuando no se use, al igual que otros electrodomésticos (la mayoría consume electricidad aunque no se los esté utilizando).
Aprovechar el papel al escribir, imprimir ambos lados de cada hoja, reciclar o comprar papel reciclado o usar papel electrónico (un oficinista desperdicia 75 Kg de papel al año.)
Cepillarse con el grifo cerrado (el agua perdida durante las cepilladas de dientes representa el 1% del consumo mundial).
No usar vasos descartables (al pedir un café en el trabajo, por ejemplo, se puede pedir una taza normal, que, además, mantiene mejor la temperatura de la bebida).
Apagar la luz. Básico (además, en verano, las lámparas contribuyen a calentar el ambiente).
Hacerle mantenimiento al auto (no sólo se extiende la vida del coche, si no que se previenen o reducen las emisiones tóxicas y se ahorra combustible; también, hacer una limpieza de objetos innecesarios en el auto reduce el peso y la energía necesaria).
Usar pilas y baterías recargables (se producen alrededor de 15 mil millones de baterías alcalinas, la mayoría no son recicladas; un cargador, además, te puede salvar cuando todos los negocios están cerrados).



martes, 21 de julio de 2015

Protegemos nuestra piel, pero dañamos la vida en el mar.

Las cremas solares usadas masivamente en las playas en verano contienen sustancias dañinas para el medio ambiente, según revelan recientes investigaciones.


Foto: eldiariodelasalud.com
Untarse de arriba a abajo de crema para no quemarse la piel forma parte del ritual del verano. Sin embargo, este gesto aparentemente inocente y que señala nuestro sentido de la precaución, tiene su reverso negativo

Los protectores solares contienen productos químicos nocivos para el fitoplancton marino y son un riesgo potencial para el resto de la vida en el mar, según ha alertado un estudio del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), un centro mixto vinculado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat de les Illes Balears (UIB). 

«A pesar de estar diseñados para permanecer adheridos al cuerpo, algunos componentes de las cremas solares se diluyen durante el baño y se convierten en contaminantes», explican los autores de la investigación, que ha contado con la colaboración de la Universitat de València y el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía y se ha publicado en la revista científica de libre acceso Plos One.

Los filtros tienen efectos tóxicos sobre el fitoplancton y otros habitantes del litoral“Las cremas solares pueden tener un efecto ambiental considerable en las zonas de intensa actividad turística”, afirma el investigador del IMEDEA y coautor del estudio Antonio Tovar. 

Según Tovar, el primer paso fue analizar la composición química de los filtros protectores y descubrir que había de dos tipos: los orgánicos y los inorgánicos, ambos con efectos diferentes. Muchos son solubles y bioasimilables, es decir, que pueden incorporarse a la cadena trófica. En ambos casos, su acumulación lleva a la formación de una microcapa de aspecto oleoso en la superficie del agua, capaz de alterar la vida en marina que habita bajo la misma.

Entre los componentes más nocivos se encuentran todos los que sirven para dar color, olor y textura a estos productos cosméticos. “El riesgo es mayor si las cremas son de espray, puesto que los compuestos se diluyen más fácilmente en el agua», explica Sánchez-Quílez, otro de los científicos que ha participado en la investigación.

Peor en espray

Para realizar el estudio, el equipo del IMEDEA comparó muestras de agua recogidas en tres playas de Mallorca durante los meses de agosto y septiembre de 2011. Dos de ellas, las de Palmira y Santa Ponça (en el municipio de Calvià) son en temporada alta paradigmas de la masificación turística. La tercera, en el Cabo de Ses Salines presenta una menor afluencia de turistas.

El análisis demostró que cuatro de los componentes químicos más comunes en los protectores solares ─la Benzofenona 3 (BZ-3), el 4-alcanfor metilbenciliden (A-MBC), el dióxido de titanio (TiO2) y el óxido de zinc (ZnO)─ están presentes en las aguas de las tres localizaciones, con concentraciones más elevadas en la capa más superficial.

También contienen nutrientes que estimulan el crecimiento de algas

Los niveles de presencia de estos elementos varían a lo largo del día, de forma que las mayores densidades se dan en la franja horaria entre las 14 y las 18 horas, coincidiendo con las horas posteriores a los momentos de máxima afluencia a las playas y con la máxima radiación solar.

Durante dicho periodo, el nivel de estos compuestos químicos puede llegar a ser entre un 60% y un 90% superior a los valores de referencia observados por la noche y a primeras horas de la mañana.

Foto: rtve.es
Según Antonio Tovar, químico del departamento de Investigación del Cambio Global del IMEDEA, “los experimentos demuestran que algunos de estos productos tienen efectos tóxicos sobre el fitoplancton y éstos podrían extenderse a otros componentes del ecosistema, como plantas marinas, crustáceos, algas y peces”.

El análisis de más de una docena de protectores solares comerciales ha revelado también que, además de compuestos químicos, las cremas también liberan en el mar otros elementos como el nitrógeno, el fósforo y el silicio. Estos pueden actuar como nutrientes y estimular el crecimiento de comunidades de algas o bien inhibir su desarrollo. En cualquier caso, según Tovar, “aunque este efecto no parece nocivo a priori, también altera la dinámica del ecosistema”.

Aguas dulces

Aunque existen numerosos estudios sobre el efecto de los compuestos químicos presentes los protectores solares sobre la piel, este es el primero enfocado a conocer su influencia sobre el medio ambiente.

Los protectores solares también son una amenaza para los peces de aguas dulces. Otro estudio realizado por el CSIC en 2011 descubrió la presencia de algunos compuestos utilizados en estos cosméticos en varios ríos, concretamente en las cuencas hidrográficas del Llobregat, el Ebro, el Júcar y el Guadalquivir.

Los contaminantes se han detectado en los ríos y cerca de las estaciones de esquí

Como consecuencia de esta contaminación, algunos peces, como las truchas, podrían tener problemas para reproducirse, e incluso llegar a extinguirse, ya que los componentes nocivos de las cremas tienen un comportamiento similar a los estrógenos y afectan a la fertilidad de los vertebrados acuáticos.

Según Damià Barceló, uno de los científicos involucrados en la investigación, “parte de los filtros ultravioletas van a parar al agua y parte se depositan en los sedimentos de los ríos, desde donde pueden desencadenar la aparición de caracteres feminizantes en los peces, que impidan su reproducción”.

Según este experto, director del Instituto Catalán de Investigaciones del Agua (ICRA), las sustancias tóxicas están más presentes en zonas turísticas, pero también en las cercanías de las estaciones de esquí, debido al elevado uso de cremas solares entre los practicantes de los deportes de invierno.


El estudio también detectó la presencia de estos componentes en el agua del grifo de algunas zonas próximas a Barcelona, aunque en concentraciones inocuas para el ser humano de “400 nanogramos por litro”.

Fuente; ecoavant.com


jueves, 9 de julio de 2015

Seguridad alimentaria, una tendencia hacia el futuro.

El concepto de Seguridad Alimentaria se originó en los años 70 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), definiéndola: ¨Existe seguridad alimentaria cuando las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias¨. Hoy el concepto de producción agroalimentaria va unido al de protección de la salud y al de interés del consumidor.


Velar por la seguridad del consumidor final es una prioridad fundamental y un gran reto de futuro donde deberán estar implicados todos los que forman la cadena productiva (desde los fabricantes de piensos, productores primarios (agricultores, ganaderos) a los procesadores, envasadores, transportadores, almacenistas, puntos de venta y por último a los consumidores). 


Esto viene marcado por la necesidad de ofrecer productos competitivos que cumplan con todas las expectativas del cliente, conocer las exigencias en materia de Seguridad Alimentaria definidas por la Administración para garantizar el bienestar de los consumidores.

Los actuales modelos de producción y consumo de alimentos están generando nuevos peligros, cuya evaluación y correcta gestión está siendo imprescindible en las actuales políticas de salud pública y de producción agraria. Una cadena alimentaria segura que abarque todas y cada una de las etapas de la misma, correctamente regulada y eficazmente controlada, es el camino para dar confianza al consumidor. La Unión Europea en materia de legislación pretende garantizar un elevado nivel de seguridad de los productos alimenticios comercializados a lo largo de todas las etapas de la cadena de producción y de distribución, tanto por lo que se refiere a los alimentos producidos en el interior de la Unión Europea como a los importados de terceros países.

La política europea, define en su “LIBRO BLANCO SOBRE SEGURIDAD ALIMENTARIA” (Bruselas, 12.1.2000; COM (1999) 719 final) una política encaminada a garantizar que sólo se comercialicen alimentos seguros, aptos para el consumidor, y a establecer sistemas adicionales para identificar y afrontar los problemas de seguridad alimentaria, a fin de asegurar el adecuado funcionamiento del mercado europeo y de proteger la salud y el bienestar de sus ciudadanos.

En definitiva el nuevo enfoque de la seguridad alimentaria plasmado en el ¨Libro Blanco¨ y en la normativa alimentaria implica:

Abarcar a toda la cadena alimentaria: desde la granja a la mesa (incluida la producción de piensos, la producción primaria, la transformación de alimentos, el almacenamiento, el transporte y la venta al por menor) incluyendo a todos los sectores de la industria alimentaria.

Establecer el principio según el cual los explotadores de empresas alimentarias y de piensos son los primeros responsables de la seguridad alimentaria; los Estados miembros tienen que supervisar y controlar a estos explotadores; la Comisión ha de poner a prueba la eficacia de las capacidades y las aptitudes de los Estados miembros para realizar ese control, mediante auditorías e inspecciones.

En definitiva podríamos considerar la ¨Seguridad Alimentaria¨ como un proceso de implicación donde intervienen agricultores, empresarios, administración pública y organos reguladores.

Nunca debemos olvidar que la SALUD DEL CONSUMIDOR final está en juego y por lo tanto debemos mínimizar a RIESGO CERO cualquier alteración en el producto final.

“Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados denle mejores alimentos. El hombre es lo que come”: Ludwig Feuerbach.



"Consume ecológico, cuidarás tu salud y el medio ambiente". EcoSpain

jueves, 2 de julio de 2015

¿Comida saludable en el sector fast food?.

La preocupación por una alimentación saludable ha crecido en todo el mundo y va a ser uno de los catalizadores del sector consumo en los próximos años. McDonalds y otras enseñas de comida rápida ya han comenzado a adaptarse a los nuevos gustos.

Los llamados «millennials» (los nacidos después de 1980) parecen mucho más preocupados que sus padres y abuelos por una alimentación saludable. Para muchos expertos, esta tendencia va a ser un importante catalizador del sector consumo en los próximos años. 



Especialmente, teniendo en cuenta que los «millenials» representan casi el 25 por ciento de la población en países como Estados Unidos.

«Las personas entre 18 y 34 años han sido un importante motor del cambio que se ha producido en la sociedad hacia una mayor preocupación sobre los ingredientes. Los datos sugieren que los llamados «millennials» tienen una mayor inclinación hacia la comida saludable de la que tenían hace dos años. Además, cada vez están más interesados en los alimentos orgánicos ecológicos», dice un reciente informe de Citi.

En concreto, la comida saludable es «muy importante» para el 33 por ciento de los «millenials» estadounidenses, hasta el punto de que el 29 por ciento de ellos estaría dispuesto a pagar más por un menú sano, según otro estudio de Nielsen.

Conscientes de este cambio de mentalidad, las marcas han comenzado a dar pasos para satisfacer la nueva demanda. La cadena Chipotle (identificada con la comida rápida saludable) tomó la delantera en Estados Unidos, al sacar los alimentos transgénicos de su menú en abril. Después, le siguieron Taco Bell y Pizza Hut, cuando anunciaron que eliminarán antes de final de año todos los colorantes y sabores artificiales, algunos aditivos, las grasas trans, el aceite de palma y ciertos siropes.

Pero, quizá, el caso más paradigmático es el de McDonalds. La cadena de comida rápida más reconocida del mundo ha lanzado en Estados Unidos un menú con pollo a la plancha y ha anunciado sus planes para frenar el uso de antibióticos en la cría de pollos, mientras está inmersa en una crisis que le llevará a cerrar 700 locales en todo el mundo.

Chipotle, ejemplo de éxito

«Chipotle lo ha hecho fenomenal. El menú cuesta prácticamente el doble que el de McDonads, pero todo es en plan natural. Su acción está un poco cara, pero si da el salto internacional y consigue el éxito que ha logrado en Estados Unidos, tendrá recorrido», explica Celso Otero, de Renta 4.

China y la salud

Chung explica que la moda de la comida sana también ha llegado a otro actor fundamental, China, donde los escándalos alimentarios han hecho estragos. Además, otro factor que está impactando en las filiales de este tipo de cadenas en China es el enriquecimiento de las clases medias, que han dejado de considerar «sexy» el ir a comer a restaurantes como Kentucky Fried Chicken

A nivel global, el CEO de Fred Alger opina que esta tendencia hacia un modo de vida más saludable va a trascender el área de los restaurantes de comida rápida para impactar en otros productos. «Grandes marcas como Kellogs han sido populares desde hace muchos años. Pero los jóvenes ya no se dejan seducir por esto. Son alimentos muy procesados, que no son sanos», según Chung, quien cree que esta tendencia irá impactando poco a poco en los números de estas empresas y en su cotización.

Sin embargo, hay quien no comparte esta visión. «No creo que se deje de comer hamburguesas. Yo tengo hijos y quieren ir a McDonalds. No creo que pierda la mitad de la cuota de mercado en 10 años», dice Otero.


Poco a poco las personas se están concienciando de lo importante que es mantener una dieta saludable para cuidar su salud, poco a poco conseguiremos que la mayoría de las personas consuman ecológico, y así cuiden su salud y el medio ambiente. 

Mientras tanto en EcoSpain seguiremos con nuestro lema: "Consume ecológico, cuidarás tu salud y el medio ambiente".