Un reglamento dificultará la coexistencia de los cultivos ecológicos y tradicionales.

COAG alerta de que la propuesta, aunque ambiciosa, puede perjudicar al sector Córdoba cultiva más de 114.000 hectáreas.

El pasado mes de marzo, la Comisión Europea publicó nuevas propuestas para la elaboración de un reglamento encaminado a subsanar las deficiencias en el sistema actual de producción y etiquetado ecológico, ya que según este organismo, se había detectado "preocupación" entre los consumidores y productores de este sector. En la provincia de Córdoba este reglamento vendrá a regular las 114.143 hectáreas de superficie ecológica cultivada, entre las que destacan más de 21.800 de olivar y 8.285 de cereales. 

Así, el comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Dacian Ciolos, declaró a este respecto que "el futuro del sector ecológico de la UE depende de la calidad y la integridad de los productos vendidos con el logotipo europeo de producción ecológica. La Comisión busca ampliar y mejorar este tipo de agricultura consolidando la confianza de los consumidores en los productos ecológicos y eliminando los obstáculos que se oponen al desarrollo de la agricultura ecológica", indicó el comisario. 

A pesar de que las medidas propuestas aun deberán presentarse al Parlamento Europeo y al Consejo, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha dado la voz de alarma ante lo que considera "una propuesta muy ambiciosa" porque gran parte de las medidas que se contemplan pueden frenar el desarrollo de la agricultura y ganadería ecológica en nuestro país. Este temor se ve fundamentado en que la UE pretende prohibir la producción ecológica y no ecológica en la misma explotación. España es el país de la Unión Europea con mayor superficie de producción bio, con un total de 1,8 millones de hectáreas. Un 50% de las explotaciones son de régimen mixto. 

Además, COAG alerta de que las nuevas propuestas eliminarán la excepción para el uso de semillas ecológicas. Hasta el momento, cuando no existe una variedad de semilla ecológica puntual, se puede hacer uso de una convencional siempre y cuando no haya sido tratada con productos prohibidos por la normativa ecológica comunitaria. 

La Unión Europea también estudia la posibilidad de considerar diversas excepciones en ganadería, caso de la avicultura ecológica, y no defiende las variedades locales y tradicionales de semillas frente a las patentes impulsadas por empresas multinacionales, denunció COAG. 

Otra de las deficiencias que detecta esta coordinadora es que el reglamento no avanza en la implementación de la venta directa y los canales cortos para productos ecológicos, una de las líneas estratégicas para impulsar el consumo. 

De hecho, el delegado provincial de Agricultura, Francisco Zurera, informó de que el peso de los productos ecológicos dentro de la cesta de la compra de los hogares españoles representa un 1%, frente al 15% de algunos países europeos, algo que puede explicarse por el diferente grado de desarrollo del canal comercializador entre los países de la UE. 

Zurera explicó que los canales cortos de comercialización surgen, entre otras cosas, porque en los tradicionales, en ocasiones, el precio de algunos alimentos se llega a multiplicar por diez desde que se produce hasta que llega al consumidor. 

En ese sentido, es vital la adaptación de la normativa higiénico-sanitaria para facilitar la transformación artesanal de los productos ecológicos en las explotaciones. "Hablamos de alimentos de una singularidad especial, con difícil acogida en los canales dirigidos a supermercados y establecimientos con surtido normalizado, que en los próximos años experimentarán un aumento de la demanda. España crecerá de forma sostenida en este tipo de consumo un 12,5% anual hasta 2020", subrayó el responsable del Área de Agricultura Ecológica de COAG, José Manuel Benítez. 

Aun así, la Unión Europea insiste en la necesidad de "actualizar y adaptar las normas para que el sector pueda seguir desarrollándose y responder a desafíos futuros" y aclara que los objetivos del nuevo reglamento es que la agricultura ecológica siga siendo fiel a sus principios y objetivos, para satisfacer las demandas de los ciudadanos en cuestión de medio ambiente y calidad. 

En concreto, la Comisión propone reforzar las normas, tanto en la Unión Europea como con respecto a los productos importados, eliminando muchas de las excepciones actuales en materia de producción y control; facilitar a los pequeños agricultores el paso a la agricultura ecológica permitiéndoles adherirse a un sistema de certificación de grupo y simplificar la legislación para reducir los costes administrativos de los agricultores.